lunes, 28 de abril de 2014

[236]

 Sus ojos lucían cada día más vacíos y apagados.
 Él estaba cansado de empacar sus sueños, sus deseos y toda la belleza que aquella lejana juventud le había prometido, en aquella cartera vieja y sucia que lo acompañaba día tras día.
 Dejándose a la merced de la soledad rutinaria, respiraba un aire de muerte que lo avejentaba cada día un poco más.
 La esperanza no fue suficiente, jamás, para ser, para creernos vivos. No pudimos siquiera actuar un poco de felicidad para engañarnos. 
 Su mirada es fría, pero no lo suficientemente cruel. No tiene más fuerzas.

martes, 24 de diciembre de 2013

[234] Carta de Navidad a papá.

 Querido padre:
 Suelo usar estas 'fechas especiales' como una excusa para escribirte, y quizás para darte algunas explicaciones, aunque dudo que ésto llegue algún día a tus manos.
 A aquellas manos que, fueron inútiles al momento de brindarme cariño y apoyo, pero aún así, siempre intenté sostener, incluso cuando sabía que la intención no era compartida.
 Bueno, nunca compartimos algo ¿verdad? Aunque, hoy en día puedo decir que finalmente me estoy reconociendo como persona, y sé que mi escasa paciencia junto a mi cobardía al verme obligada a afrontar ciertas situaciones de la vida, o tomar decisiones importantes, tienen mucho que ver con la forma en la que te comportaste durante todos estos años. Aunque prefiero decir que es el miedo innato del ser humano, simplemente equivocarse y cambiar el rumbo de las cosas.
 Pero vos no tenías miedo, ¿no? Si te llevabas al mundo por delante, aunque no tengas razón. Tu palabra era sagrada y no aceptabas lo contrario. Y ese fue mi error, no dejarme llevar por tu concepto de verdad, tan plástico, rutinario y vacío.
 De todas formas, nunca voy a negar que gracias a vos jamás pasé hambre o frío. Y tu ausencia dejó sus marcas físicas y psicológicas, porque me costó muchísimo hacerme entender que nunca fui lo suficientemente buena para vos, pero hoy puedo decir que gracias a todas éstas situaciones por las que pasé, tantas flagelaciones, tantas lágrimas, aprendí que a la única persona que tengo que enorgullecer, es a mí misma. Aprendí a expresarme mediante las palabras, me refugié en la música y la literatura, donde conocí mis capacidades para crear magia. Aprendí a hacerme valorar como mujer y como individua en ésta triste y desolada sociedad.
 Pero, lo más importante de todo, es que aprendí a encontrar la belleza en la tristeza, encontré inspiración en el insomnio y en las ausencias, incluso cuando todo desaparece sin motivos razonables, cuando las palabras no alcanzan, sé que te fuiste por una razón que nunca voy a comprender, y tampoco espero hacerlo.

sábado, 9 de noviembre de 2013

[233]

Y de  pronto, deje de mirarme con mis ojos. Me separé de mi misma y me vi rota.
 Sentada bajo esas luces que encandilaban y a su vez irradiaban tristeza, todas esas tristezas que yo misma encerré ante la exigencia de ser fuerte, ante la exigencia de estar bien y cumplir con el régimen de normalidad que me impuse a mi misma.
 Me encontré a mi misma respirando melancolía nuevamente, esperando una nueva oportunidad, esperando una excusa para sanarme, una nueva mentira para convencerme de que me encontraba bien y no necesitaba más que eso. Sólo un par de mentiras que me mantuvieran respirando y muriendo al mismo tiempo.
 Me recosté nuevamente sobre el filo entre la vida y la muerte, dejándome a merced de mi suerte, y deje que el tiempo corra y a su misma vez, que toda esta angustia sea eterna.

viernes, 4 de octubre de 2013

[232]

 Podríamos decir que estás lo suficientemente ciego como para no darte cuenta de la cantidad, ya innumerable, de cosas que están pasando frente a tus pequeños ojos. No sólo las ignoras, sino que te convences de que todo está bien, mientras dejas que se destruya el mundo que habíamos creado para ambos. Aunque, si nos ponemos a pensar bien, nunca fuimos sólo nosotros, ¿no?
 Qué idiotas que fuimos al dejar que lo nuestro se convierta en rutina. En ésta angustia precaria y de rutina, que ya no vale la pena llorar.

domingo, 8 de septiembre de 2013

[231]

[...] Y, sin más medidas de tiempo, sin más distancia entre nuestros cuerpos, él miró mis ojos fijamente. Sostuve su mirada la cantidad de segundos que me fue posible, ya que ésta era tan dulce y perspicaz que me intimidaba. Era magia. Estábamos creando magia, a nuestra forma, adecuándose a nuestro tiempo, a nuestra perfección y a aquella sensación de júbilo y calidez que me inspiraba sostener su rostro a centímetros del mío.
 En cuestión de segundos, el miedo y la angustia de rutina que me acompañaban hace años, se habían esfumado [...]

sábado, 31 de agosto de 2013

[230]

Y anhelo el día en el que sus ojos puedan leerme con la misma pasión y devoción que posee al leer sus libros favoritos durante las mañanas. Esas mismas mañanas, que estuvieron ligadas a sus eternas noches de insomnio, convirtiéndose de esta forma, en una razón más para confiarle cada uno de mis sueños rotos, fundiendo así, sus noches en vela junto a mi angustia de rutina.

jueves, 4 de julio de 2013

[228] Taciturn.

 Ese momento en el que te das cuenta que el tiempo pasó, él cambió, yo cambié; al igual que todos aquellos escenarios en los que llevamos a cabo, pedacito por pedacito, nuestra historia. Lugares que quizás se repiten de vez en cuando, otros que nunca más serán testigos de ese sentimiento de juventud y/o plenitud que somos capaces de irradiar cuando estamos juntos, y otros que se repiten a diario.
 A veces siento que el tiempo nunca pasó, y vuelvo a estar sentada frente a un monitor desde las 19:00 hs hasta quién sabe cuando, esperando por recibir un poco de contención o, simplemente, sentirlo cerca. Me puedo ver a mi misma contando de una forma algo frenética a todos aquellos, que decían escucharme, lo bien que era capaz de hacerme con simples frases como ''Sabés que estoy para vos cuando lo necesites''.
 Y vuelvo a ser yo, viajando en el 37, esperándolo porque llegaba retrasado. Con las manos sudorosas y con miedo a terminar entregándole todo de mí, todo aquello que había prometido no regalar. Para que después, simplemente con mirarme a los ojos, se lleve hasta la última partícula de dolor que era capaz de sentir. Y finde tras finde, entregarle poco a poco absolutamente todo. Hasta convertirlo en dueño y amo de mi felicidad.
 Pero, en especial, vuelvo a ser yo quién hablaba de más sin poder mirarlo a los ojos por culpa de los nervios, a la espera de poder finalmente decirle con una simple acción que era él quien había estado buscando durante tanto tiempo, que jamás había encontrado a alguien cuya presencia signifique ''el mundo entero'' para mí. Y tras todos esos pensamientos, ser interrumpida por el mejor beso que me habían dado en la vida.
 Y hace ya 18 meses atrás, estaba acostado a mi lado, secando mis lágrimas como en tantas ocasiones diferentes lo había hecho, con esa dulzura que lo caracterizaba, con esa mirada que me hacía sentir ''en casa'' de nuevo, mirándome fijamente a los ojos y pidiéndome que sea por siempre suya.
 Él me cambió el mundo, él me dio vida y un sentido a todas las mañanas.
 Y lo amo, con la locura que soy capaz de sentir cada vez que lo tengo cerca mío.

lunes, 1 de julio de 2013

[227]

 Desde que tengo uso de la razón me aferré a la felicidad que me causaban aquellas pequeñas cosas que, hoy por hoy, muchos ignoran. ¿Será simplemente parte de la rutina o realmente no tenemos tiempo para poder contemplarlas? Hay situaciones cotidianas cuya belleza, a mi parecer, son increíblemente inspiradoras, pero aún así, teniéndolas frente a nuestras narices, se desvanecen sin llevarse siquiera lo más mínimo de nuestra atención.
 Puedo admitir sin vacilar ni un segundo que la mayor parte de felicidad que alimentó mi vida durante todos estos años se resumen en éstos pequeños halos de luz... Todos en una eterna lucha con la soledad que me acompaña día a día. Y esa es mi rutina.
 Alimentando mi vacía existencia con el aroma del café por las mañanas, el cual se combinaba perfectamente con el húmedo y frío perfume del invierno, el cual terminaba por ser perfecto cuando los escurridizos rayos de sol se colaban por la ventana, impactando contra mi rostro, dejándome esa fría sensación de calidez durante el resto del día en la piel... Pero, ¿acaso todos somos capaces de apreciar ese tipo de situaciones cuya belleza es tan invisible como fortalecedora?
 Y los viajes en tren, en el cual se podía contemplar el campo y sus maravillas silvestres. Donde se apreciaba todo aquello que en la ciudad no se puede apreciar. ¿Acaso alguien sigue disfrutando de ese paisaje? ¿O ya no es más que un medio de transporte cuyo único objetivo está ligado a ser un momento más de la tediosa rutina?
 Las serenatas bajo la ventana de la persona a la cual se quiere conquistar, las cartas de amor en la que todos nos convertíamos en los mejores poetas si se trataba de enternecer y/o causar ese placer que sólo éstas pueden causar. Era una combinación perfecta entre la caligrafía, la pluma y el papel, pero en especial, el valor que las palabras cobraban, asignándose a sí mismas un valor incondicional y perfecto para el receptor. Los atardeceres seguidos por noches cuales no debían ser olvidadas nunca más.
 Y el amor... Cuando el amor se sentía con el ''Corazón'' y no con la vista. Cuando lo visual no era más importante que el verdadero valor de una persona.
 ¿Desde cuando nos domina el tiempo? Ese mismo tiempo que nos ciega y nos doblega ante una rutina en la cual sólo encontramos soluciones rápidas, amores plásticos y viajes cargados de presiones e histeria.


En dedicatoria a Laz <3